Cada niño experimenta emociones intensas — pero no necesitan ser reparados ni corregidos.
Necesitan padres capaces de mantenerse tranquilos, conectados y presentes.
La seguridad emocional es el terreno donde los niños realmente aprenden, crecen y vuelven a confiar.
Tu hijo no necesita que lo arregles.
Necesita a alguien que no se asuste de lo que él siente.
Como padres, queremos aliviar el dolor de nuestros hijos.
Por eso nos apresuramos a explicar, aconsejar, razonar o advertir.
Pero cuanto más tratamos de “arreglar”, más rápido se cierran.
La paradoja es esta:
🧠 El cerebro no aprende bajo presión; aprende cuando se siente visto, comprendido y seguro.
Cuando un niño se desborda emocionalmente, no necesita sermones — necesita un ancla emocional.
Un adulto que pueda sostener la tormenta sin perder su propio centro.
💡 Prueba estas respuestas cuando las emociones suban de intensidad:
En vez de: “¡Cálmate!” → “Veo que estás muy alterado. Estoy aquí contigo.”
En vez de: “Deja de llorar.” → “Es válido sentir esto. Respiremos juntos.”
En vez de: “Eres demasiado dramático.” → “Algo te dolió de verdad, ¿cierto?”
La calma no se enseña con palabras —
se transmite con presencia.
Así es como los niños aprenden seguridad emocional: al sentirte disponible, no perfecto.
✨ Reflexión para padres:
¿Qué te ayuda a mantener el equilibrio cuando tu hijo lo pierde?
Y cuando tú mismo sientes miedo o frustración… ¿puedes respirar y acompañar tus propias emociones?
En RemindPath, creemos que la crianza comienza con conexión antes que corrección.
Cuando un niño se siente seguro, el aprendizaje, la cooperación y la resiliencia surgen naturalmente.
🌿 Criemos seres humanos seguros, conectados y fuertes — una respiración tranquila a la vez.
✍️ Escrito por Yehuda Justman | RemindPath – Terapia Emocional, Conductual y Educativa
Acompañamiento y talleres en múltiples idiomas alrededor del mundo. 🌍
Add comment
Comments